Cómo el Tao puede ayudarnos a encontrar la armonía en el mundo de hoy.
Lou Marinoff es catedrático de Filosofía en el City College de Nueva York y presidente de
En el libro Más Platón y menos Prozac (Ediciones B, 2000), este pensador sorprendente y rompedor proponía acudir a Sócrates y Platón para afrontar el día a día, una teoría que sedujo rápidamente a los lectores. Solamente en España se vendieron cerca de 400.000 ejemplares de este best seller ameno y convincente, capaz de aplicar la fi losofía clásica a los conflictos matrimoniales o al estrés. Con sus siguientes libros, Pregúntale a Platón y El ABC de la felicidad, también publicados por Ediciones B, el original filósofo americano volvió a arrasar en las listas de ventas con una fórmula parecida.
Ahora, Marinoff vuelve a las librerías con el lanzamiento internacional de El poder del Tao, que muestra cómo el Tao es un potente remedio contra la insatisfacción, la ansiedad y los retos de nuestro impredecible y cambiante mundo.
«A partir de los años 60 del siglo XX, las sociedades occidentales vienen conociendo niveles crecientes de desobediencia, de infidelidad, de orgullo desmedido, de falta de respeto, de descortesía y de pereza. Las familias, las comunidades y los países se están desmoronando. Y mucha gente es desgraciada», podemos leer en las primeras páginas del libro. «Llevamos una vida desenfrenada haciendo caso omiso de las virtudes confucianas y permitiéndonos todos los vicios anticonfucianos. Y cuando nuestros dirigentes políticos hacen eso, nos meten a todos en problemas», añade el autor.
Como en libros anteriores, Marinoff no fundamenta sus métodos en ideas esotéricas ni en la química psiquiátrica, sino que, sencillamente, revisa la filosofía, en este caso oriental, con una mente abierta y bien educada. Didáctico, ágil y lleno de espíritu práctico, El poder del Tao convierte las enseñanzas de Lao Tzu en un tema ameno y atractivo para un público amplio.
El poder del Tao, muestra cómo el Tao es un potente remedio contra la insatisfacción, la ansiedad y los retos de nuestro impredecible y cambiante mundo.
La filosofía oriental, a través del prisma de Marinoff, nos puede servir para dejar de fumar (con la ayuda clave del Yoga), para combatir la obesidad (el control de los deseos es básico en el taoísmo) o, incluso, enfrentarnos a un atasco sin nervios. Por supuesto, el autor también indaga en asuntos tan complejos como la felicidad, la salud (o la vivencia de nuestra propia salud), las relaciones paterno-filiales y la muerte de los seres queridos.
En su afán divulgativo, el autor no duda en recurrir a personajes conocidos para explicar distintos aspectos del Tao. Así, la escandalosa infidelidad conyugal de Tiger Woods sirve para explicar cómo «refrenar los deseos es una de las claves de la felicidad», mientras que Bill Gates y Bernie Madoff son usados como ejemplos contrapuestos del mundo de los negocios. «Sigue el Tao, respétalo, acata su sabiduría y serás feliz, incluso si entretanto consigues ganar un montón de dinero», escribe el autor de Más Platón y menos Prozac.
El poder del Tao también recurre a los clásicos del cine y la literatura para ilustrar conceptos que, de otro modo, podrían resultar áridos. A través de los personajes de Doctor Zhivago, Marinoff nos explica los conceptos del yin, yang, fi lia y eros. El Tristram Shandy de Laurence Sterne también permite dar forma, de un modo sencillo, a una idea compleja, en este caso la psicodicea: del mismo modo que el protagonista de la novela nunca logrará terminar su autobiografía ya que ha tardado todo un año en contar un solo día, la psicoterapia nunca puede concluir ya que cada nuevo día de terapia supone alargar el pasado del paciente (y cuanto más largo sea tu pasado, más explicación requiere para saber por qué sufres actualmente).
Como en libros anteriores, Marinoff no fundamenta sus métodos en ideas esotéricas ni en la química psiquiátrica, sino que, sencillamente, revisa la filosofía, en este caso oriental, con una mente abierta y bien educada.
En defi nitiva, el libro dilucida las enseñanzas de Lao Tzu, aplicándolas a cuestiones a las que nos enfrentamos habitualmente en el ámbito de la salud, el bienestar, el amor, el matrimonio, el trabajo, la creatividad y los logros personales. La sabiduría taoísta, nos dice Marinoff, puede restablecer el equilibrio en las relaciones humanas precarias, promover la calma ante la enfermedad y la muerte, y capacitarnos para ser mejores ciudadanos y líderes más sensatos.
El profundo conocimiento del taoísmo de Lou Marinoff es el resultado lógico de sus once años de formación con el maestro Sing Ming Li en