sábado, 29 de septiembre de 2012

Misión Olvido de María Dueñas



Incapaz de recomponer sus propios pedazos, la profesora Blanca Perea acepta a la desesperada lo que anticipa como un tedioso proyecto académico. Su estabilidad personal acaba de desplomarse, su matrimonio ha saltado por los aires. Confusa y devastada, la huida a la insignificante universidad californiana de Santa Cecilia es su única opción.

El campus que la acoge resulta, sin embargo, mucho más seductor de lo previsto, agitado en esos días por un movimiento cívico contrario a la destrucción de un paraje legendario a fin de construir en él un enorme centro comercial. Y la labor que la absorbe –la catalogación del legado de su viejo compatriota Andrés Fontana, fallecido décadas atrás- dista enormemente de ser tan insustancial como prometía.

A medida que se afana en vertebrar la obra de aquel hispanista olvidado, junto a ella va ganando cercanía Daniel Carter, un colega americano veterano y atractivo que no ocupa el sitio que debería ocupar. Entre ambos hombres, uno a través de sus testimonios póstumos y otro con su complicidad creciente, Blanca se verá arrastrada hacia un entramado de sentimientos encontrados, intrigas soterradas y puertas sin cerrar.

¿Por qué nadie se molestó en rescatar lo que Andrés Fontana había dejado a su muerte? ¿Por qué, después de treinta años, alguien tiene interés en que todo aquello se destape al fin? ¿Qué tiene que ver la labor inconclusa del viejo hispano con todo lo que está ocurriendo ahora en Santa Cecilia? ¿Qué le movió a desempolvar la historia no contada de las misiones del Camino Real?

Antes de encontrar respuestas, Blanca aun tiene mucho que aprender. Y ese viaje hacia el conocimiento lo hace dándole la mano al lector, quien se sumerge en la historia desde la primera página, donde se nos desgranan personajes, tanto ficticios como reales, y se nos descubren el llamado Camino Real y las misiones franciscanas de la Alta California española, de reconocer nuestra España en los años cincuenta, el Madrid de la década de los treinta, la Cartagena de finales de los cincuenta y otros tantos enclaves que no alcanzamos sino a tan solo imaginar. Todo ello fruto de una amplia documentación que engarza la historia en un contexto posible y por tanto real. Algo que la autora, María Dueñas, ya consiguió dominar en su anterior novela “El tiempo entre costuras” en el 2009.

Amores cruzados, certezas a medias e intereses silenciados que acabarán por salir a la luz. Viajes de ida y vuelta entre España y Estados unidos, entre el presente y el pasado de dos lenguas y dos mundos en permanente reencuentro. Entre el hoy y el ayer de aquellos trasterrados que, saltando fronteras y obstáculos, vivieron a caballo entre ambos empujados por la necesidad, el deber o la pasión.

Desde los viejos franciscanos que a lomos de mulas fundaron las míticas misiones californianas a los hispanistas y escritores exiliados que, a pesar de la nostalgia, nunca lograron regresar. De los militares norteamericanos que llenaron la España agridulce de los cincuenta con bases, dólares y cigarrillo rubios a un impetuoso estudiante dispuesto a cualquier cosa por una mujer.

Con todos ellos formando una unidad en la historia de Blanca, Misión Olvido compone una narración absorbente, emotiva y cargada de humanidad.

La protagonista es Blanca Perea, voz y alma de la novela. Profesora española, mujer de nuestro tiempo, madre de dos hijos, luchadora, profesional y centro de una familia estable hasta que, de manera imprevista, todo a su alrededor se desmorona. En busca de su recomposición emocional, decide poner distancia y acepta un proyecto académico que la trasladará a la universidad californiana de Santa Cecilia. A medida que avanza en su propio  proceso de reconstrucción y en la aceptación de su nueva realidad, se verá implicada en un cúmulo de afectos e intrigas que le abrirán puertas a un pasado con ramificaciones presentes que nunca pudo sospechar.

A lo largo de este camino le acompaña el legado de Andrés Fontana, hijo de un minero analfabeto y una humilde sirvienta, accede a sus estudios universitarios en los años treinta del sXX gracias a una beca inesperada. La Guerra Civil le forzará a desarrollar su carrera como profesor de literatura española en Estados unidos, integrando el colectivo de hispanistas en el exilio que llenaron las universidades americanas en aquellos días. Muerto en California a finales de los años sesenta, la recomposición de su legado es la tarea que Blanca asumirá durante su estancia en Santa Cecilia.

Pero irá de la mano de Daniel Carter. Impulsivo y vital, influenciado por su profesor (Andrés Fontana) se adentrará en las letras españolas hasta el punto de hacer de ellas su pasión y su profesión. Visitará la España de finales de los cincuenta a fin de documentarse sobre Ramon J. Sénder para su tesis doctoral, sin aventurar que ese viaje iniciático alterará su vida de manera irreversible para siempre. Blanca conocerá a Daniel años después en Santa Cecilia, convertido ya en un maduro profesor no exento de atractivo, con un turbio pasado y algunas deudas pendientes que, en principio, prefiere no sacar a la luz.

Pero el elenco de personajes no se cierra en torno a este triángulo principal, sino que encontramos un amplio abanico de personajes secundarios dotados de una gran personalidad, cuya presencia da paso a distintas acciones y que en ocasiones acaban configurando la columna vertebral de la novela.

Este es el caso de Aurora Carranza, una joven española que en momentos y sitios radicalmente distintos, enamoró a dos hombres con una pasión tal que trastocó el destino de ambos y torció la historia de su relación. Como si de un fantasma se tratara, la presencia o ausencia de Aurora en el relato constituirá la propia razón de ser de la novela.

Rebecca Cullen es la eficiente secretaria del departamento de Lenguas Modernas de la Universidad de Santa Cecilia, vieja amiga de Daniel Carter y punto de referencia para la nueva vida que Blanca Perea acaba de emprender en California. Rebecca acogerá a Blanca en su propio mundo y le abrirá también una ventana hacia un paso lleno de luces y sombras.

El director del departamento en el que trabajará Blanca es Luis Azárate, el colega cercano y amigable que, como casi todos los personajes de la novela, tiene también una cara y una cruz.  Confidente en ocasiones y adversario frontal en otras, acaba siendo uno de los vértices del triángulo principal.

Pero la clave del misterio la posee Darla Stern, antigua secretaria del departamento, estrechamente vinculada al profesor Fontana antes de la muerte de este. Es depositaria de oscuras memorias del pasado, distorsionadas gracias a una interpretación propia maliciosa de aquello que aconteció tres décadas atrás. Por suerte, Fanny, hija de ésta, la actual chica para todo del departamento, algo cortita de luces pero dueña de un depósito de recuerdos y sentimientos que arrojarán luz sobre algunas de las preguntas que Blanca se va haciendo a medida que pasan los días.

Hasta aquí los personajes ficticios. Pero la obra no sería la misma sin los personajes reales que anclan esta historia en una más que posible realidad:

Ramón J. Sender, una de las figuras literarias más emblemáticas del s. XX carente aún del debido reconocimiento. Prolífico narrador recibió en 1935 el Premio Nacional de Literatura por la novela Mister Witt en el Cantón, una obra que como descubrirá el lector es de vital importancia dentro de Misión Olvido, ya que la búsqueda de los escenarios que en ella aparecen determinará el viraje definitivo en la vida de Daniel Carter. Sender, tras su controvertida participación en la guerra civil española se verá en la necesidad de exiliarse a México, instalándose a partir de 1948 en EEUU, donde ejerció de profesor de literatura en varias universidades. Desde su destierro nos llegaron obras de capital importancia como Requiem por un campesino español (1953), La tesis de Nancy (1962) La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1963).

El Padre José Altimira es uno de los padres franciscanos enviados desde España a principios del s. XIX para prestar su servicio en las misiones fundadas por la orden en la Alta Califonia a lo largo de lo que posteriormente se conoció como El Camino Real. Insumiso a las órdenes jerárquicas eclesiástica, estableció buenas relaciones con las autoridades políticas de la zona, y sin el apoyo de sus superiores, fundó en 1823 en el pueblo de Sonoma San Francisco Solano, la última misión de la mítica cadena.

Su duro comportamiento con los nativos al querer encauzarlos hacia la fe cristiana y de este modo civilizarlos, acabó con la rebelión de éstos, que calaron fuego a la misión por lo que se vio obligado a huir con rumbo impreciso.

Pero esta novela es también un homenaje a los hispanistas y a la literatura del exilio. A todos aquellos que a pesar de estar lejos mantuvieron permanentemente vivas lejos de su patria la lengua y la literatura española, transmitiéndolas a generaciones de lectores y estudiantes, y dejando un sedimento memorable en todas las instituciones que con tanta generosidad los acogieron en su destierro.

Versos de Antonio Machado, Luis Cernuda o Pedro Salinas, personajes de la talla de Américo Castro que figuran esporádicamente entre los caracteres de ficción, o un supuesto encuentro de hispanistas organizado por Andrés Fontana, constituirán un tributo al legado de todas aquellas figuras memorables a las que tanto debe nuestra cultura.

María Dueñas nos sorprende llevándonos de la mano al antiguo Camino Real. Desde 1769 y durante más de cincuenta años, los monjes franciscanos ya fuera porque eran movidos por una fe férrea o por una ciega lealtad a su rey, recorrieron la aún salvaje tierra de la Alta California española levantando misiones en nombre de su patria y de su dios.

Empezaron por San Diego de Alcalá, y avanzando a pie abriéndose paso por territorios aún por explorar, alzaron poco a poco las veintiuna construcciones que acabaron formando el llamado Camino Real. La cadena finalizaría en 1823 con la fundación desautorizada por parte del padre Altimira de San Francisco de Solano, en el pueblo de Sonoma, al norte del actual estado.

Su propósito no era otro que el de cristianizar a la población nativa y hacerles entrar en la civilización, enseñándoles a vivir según criterios occidentales e intentando difundirles sus comportamientos, su lengua y su moral. Dejando una huella imborrable en cientos de nombres de pueblos, ciudades, montes y bahías que surcan el mapa del actual estado norteamericano y en pequeños detalles que saltan a la vista, desde el color de las paredes hasta las tejas de barro, los viñedos o las forjas de las ventanas.

Más de un siglo después, llega a estas tierras el profesor Andrés Fontana. Descubrir de pronto tantos ecos de su propia tierra en ese mundo ajeno, le sorprende. Y tras ahondar en su historia y vicisitudes, pronto intuye que allí hubo algo más…

Pero la novela nos propone también adentrarnos en la universidad, no solo como escenario, mil veces ya mostrado en otras obras, sino también como forma de vida, algo muy habitual en las novelas anglosajonas si bien escasamente utilizado en la narrativa española de nuestros días pero que dada la formación de la propia autora, era obvio integrar en su obra viéndose reflejado en la ficticia universidad californiana de Santa Cecilia que acoge a la protagonista.

Misión Olvido nos adentra en la España de los años cincuenta, con cierta mirada nostálgica, con un cierto tono irónico pero entrañable repleto de guiños costumbristas: los cigarrillos Bisonte, los vagones de tercera, los almanaques de Julio Romero de Torres, la censura, el anquilosamiento social, las pensiones, las porterías, … Nos desvela el gigantesco entramado de bases aeronavales y estaciones militares como las de Torrejón, Zaragoza, Rota y Morón que trajeron a España miles de norteamericanos generalmente junto a sus familias, que generaron la construcción de modernísimas instalaciones y la llegada de algunas novedades que dieron cierto color a esa España gris: los chicles y los cigarrillos Lucky Strike.

Pero todo ello no es sino el envoltorio de una novela donde las segundas oportunidades son viables, donde se nos enseña que la superación de nuestros obstáculos es posible.


Misión Olvido es un canto al optimismo que nos convencerá de que, por duros que sean los momentos, por fuertes que soplen los vientos, lo mejor de la vida… está siempre, siempre por llegar

El escalón 33 de Luis Zueco



Un viejo libro comprado por internet esconde sorprendentes enigmas. Siete castillos unidos por un vínculo secreto. Un mensaje oculto espera para ser descifrado. 


Silvia, gran apasionada de los libros, trabaja como restauradora en la Biblioteca Nacional de Madrid, pero está cansada de su rutinaria vida y desea que todo cambie.



Una noche descubre en un manuscrito comprado en internet, unos enigmáticos textos acompañados de unos extraños símbolos cuyo significado desconoce. ¿Qué ocultan estos símbolos? ¿A dónde lleva la resolución de esos enigmas? Estas y otras preguntas las irá respondiendo con la ayuda de Alex, un especialista en arte medieval y experto en castillos.



Oscuros y peligrosos personajes vigilan todos sus pasos, un profesional del robo de obras de arte, una misteriosa mujer, un magnate dispuesto a cualquier cosa para descifrar el secreto… Nada es lo que parece y un misterio ancestral está en juego.



El escalón 33 es un viaje por la historia medieval y los castillos de España, ambientado en una atmósfera inquietante y enigmática. Un thriller original, alejado de arquetipos, que innova el género y propone una aventura tan misteriosa como fascinante.



¿Por qué afirmo que es un thriller? Porque tiene elementos de novela de intriga con elementos históricos como El Código da Vincci, El espejo negro o La llave maestra. El autor persigue que el argumento sea creíble, de ahí la ausencia de elementos fantásticos o irreales, por lo que toda la historia es verosímil. En el último tramo de la novela va un poco más allá, pero siempre intentando que todos los elementos y acciones sean creíbles. Esa es la clave: todo es real, por tanto, todo puede suceder.



Así mismo, mis autores de referencia como pueden ser Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva o Domingo Miral, han marcado en el lector un ritmo expectante, atento a cuanto pueda suceder al pasar la página, no en vano hay que resolver varios enigmas.



También encontramos algunos elementos que podrían catalogarla como novela gótica: personajes sombríos o ambientes sombríos, muy en la estela de La sombra del viento con una trama de misterio. 



En esta novela, la simbología, el Románico y los castillos son la clave, ya que el autor Luis Zueco es investigador medieval, especializado en fortificaciones. 



Esta obra mezcla elementos de intriga e historia, atrapando al lector en un relato lleno de suspense, donde se recrean ambientes inquietantes, grandes retratos psicológicos y complejos enigmas. Con un estilo cinematográfico ágil y atractivo para cualquier lector.



La novela está dividida en tres partes. La primera está básicamente localizada en Madrid, la segunda es un viaje constante por castillos de España y la tercera tiene varias ambientaciones, pero sobretodo destaca el escenario final en una fortaleza de Teruel.



La acción se inicia cuando Silvia Rubio, una joven con una vida algo desorganizada que vive en Madrid, compra un libro del s.XIX. Pronto descubre que para sus cubiertas se utilizaron textos anteriores, entre ellos un extraño manuscrito del s. XIX con siete símbolos y seis descripciones escritas en forma de enigmas, que parecen hacer referencia a castillos. Silvia empieza a tener extraños presentimientos desde ese mismo momento. Esta primera partes e localiza en Madrid, en lugares emblemáticos como la Biblioteca Nacional, el Pabellón del Espejo, Lavapiés o La Latina. Al mismo tiempo hay una trama secundaria, relacionada con la primera, en la que nos encontramos con un ladrón de obras de arte, un oscuro aristócrata y una joven que trabaja para este último. Esta trama es más oscura, con mayor carga psicológica y diálogos más complejos e impactantes, en ella se dan muchas pistas, pero sobre todo se plantean preguntas, de manera que el lector tenga la necesidad de seguir leyendo. Si bien el personaje principal Silvia, nos hace partícipes de escenarios singulares como la terraza del Círculo de Bellas Artes, nos introduce en sus devaneos amorosos con Alex también nos lleva hacia otros personajes clave como el inspector Torralba o Santos, el desaparecido Blas o el mismísimo Alfred Llull.



La trama secundaria, aunque tiene menos capítulos y éstos son más cortos, es más misteriosa y sombría. Presenta a un profesional de los robos en bibliotecas y museos que es contratado por Alfred Llull, un aristócrata terriblemente persuasivo. La tensión entre ambos es palpable a lo largo de toda la novela. Para que sus encuentros ganen protagonismo siempre acontecen en lugares muy carismáticos: el Hotel Palace, el Valle de los Caídos, el Hipódromo de Madrid o la estatua del Ángel Caído en el Parque del Retiro. Conforme avanza esta trama, aparece un personaje que gana en importancia a lo largo del relato, una mujer llamada Margot. Trabaja también para el aristócrata, pero o comparte todas sus ideas, no es de extrañar que finalmente sea ella quien una las dos tramas en un momento crítico de la historia.

Pero justo antes de llegar a este punto, da comienzo la segunda parte de la novela, que transcurre en un ir y venir de Silvia y Alex recorriendo castillos medievales por media España: Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Huesca, Valencia, Castellón o La Rioja, resolviendo enigmas y buscando los símbolos del manuscrito en forma de marcas de cantero ocultas en los muros de las fortalezas. Pero, azuzada por Llull, Silvia acaba traicionando a su compañero, esta jugada hace que Margot cambie su posición en el tablero y se pone del lado de Alex. La policía también entra definitivamente en juego y todo se complica aún más con un viaje a Portugal para visitar el que parece ser el último castillo.



En la tercera y última parte, la acción no da tregua. En el manuscrito aparecen siete símbolos y seis descripciones de castillos, ya han averiguado cuales eran todas las fortalezas, las han visitado y han encontrado una marca de cantero para cada símbolo. Queda un símbolo sin saber donde se encuentra, por lo que forzosamente hay un castillo más, para el que no hay descripción. Alex hallará la clave: todos los castillos anteriores pertenecen a órdenes militares diferentes, la única que falta por aparecer es la orden de San Juan. Por lo que buscan un castillo de esta orden donde aparezca esa marca y sea sanjuanista. 



En él se encuentran Alex y Margot, Alfred y Edgar Svak, el ladrón de libros, Silvia y el inspector Torralba, responsable de la Brigada de Patrimonio Histórico, … el desenlace final es la parte más violenta de la novela ya que se producen varios enfrentamientos que sorprenderán al lector. 



Finalmente es Alex Aperte quien realiza el viaje iniciático por la escalera y no Alfred Llull, ya que este último y Silvia mueren, mientras que Margot y Edgar consiguen huir, éste último se lleva consigo el manuscrito. 



Nos encontramos ante una obra escrita con un estilo ágil, con mucho ritmo, sobre todo en la segunda y tercera parte, siendo una descripción muy cinematográfica. La técnica narrativa es de novela río, con muchos personajes, siendo el punto de vista de cada uno de ellos uno de los enfoques de la historia. 



El aspecto más innovador del libro, sin duda, es la trama en torno a las marcas de cantero, un elemento habitual en la arquitectura medieval, pero que nos e tuvieron en cuenta hasta el s. XIX, llegándose incluso a repicar creyéndose que eran “grafitis” modernos. Si bien son muchas las teorías al respecto, la más extendida es la que servían para contabilizar los bloques de piedra y colocarlos en su posición natural, tal y como habían sido extraídos. Pero la complejidad de algunos de ellos y su simbología, sumada al hecho de que solo se usaban en determinadas construcciones, nos hacen creer que tenían otra función. Podría tratarse de un secreto sistema de comunicación, mostrando un mensaje solo visible para aquellos iniciados en el mismo. Por desgracia, ese saber antiguo se perdió. 



Siguiendo la estela de novelas históricas ambientadas en la Edad Media y sus misterios, El escalón 33, es un viaje por algunas de las más grandes fortalezas de España, conociendo sus secretos. Siendo la primera novela de misterio ambientada en ellos. Apareciendo hasta siete órdenes militares diferentes, explicando sus orígenes y uno de sus castillos emblemáticos. 



También nos sirve como guía de viajes de la ciudad de Madrid, ya que aparecen rincones con encanto, lugares curiosos, bares y restaurantes, sociedades culturales, edificios singulares, etc …todos estos escenarios enriquecen la novela de tal forma que se convierten en un personaje más de la misma. 



Lamentablemente, los ladrones de arte todavía existen en nuestros días, gente sin escrúpulos capaces de llevar a cabo los robos más sonados, sin importarles las consecuencias, tratándose de un tema de rabiosa actualidad, solo debemos recordar la desaparición del Códice Calixtino en Santiago de Compostela.



La escalera y sus símbolos existen. La primera de ellas está situada en el castillo de Mora de Rubielos en Teruel. La leyenda sobre ella y el rito iniciático es conocida. Las descripciones de los castillos son reales y los enigmas están basados en hechos históricos. 



¿Te atreves a descubrirlos de la mano de Luis Zueco? Promete ser un itinerario lleno de sorpresas y retos.

¿Donde está Dios papá? de Clemente Gª Novella


A todos sus interrogantes respecto a la existencia o no de Dios, he tratado siempre de contestar de forma honesta, sin endulzar mis respuestas. También he intentado dejarles claro que, aunque mi punto de vista tiene una base racional, al fin y al cabo no es sino eso: un punto de vista; una interpretación de la humanidad que no opina lo mismo que su padre y que hay y miles de millones de personas en el mundo que sí creen en uno o varios dioses.

Mientras estoy escribiendo estas líneas, ellos aún no tienen edad para comprender muchas de las ideas de las que voy a hablar aquí, pero espero que, cuando llegue el momento en que puedan entenderlas, estas páginas les gusten. Incluso, tal vez lleguen a ayudarles en sus vidas.

Ése fue el origen de este libro. Al principio quise exponer sobre el papel de forma ordenada, para mí mismo, lo que opinaba sobre los dioses y las religiones con el fin de poder explicárselo mejor a ellos, de poder responder con sentido a sus dudas. Después, conforme los párrafos iban surgiendo, pensé que, en unos años, ellos mismos podrían ojearlos. Finalmente me di cuenta de que ciertos adolescentes, y también algunos padres, podrían estar interesados en leer lo que yo estaba escribiendo. Me pareció que debía de haber muchos que se estarían encontrando en mi misma situación: la de querer responder desde una perspectiva agnóstica o atea las preguntas a las que habitualmente se contesta con las respuestas que brindan las religiones.

Las páginas que siguen a continuación son el resultado final de todo ese proceso.»

viernes, 28 de septiembre de 2012

La bondad de los malos sentimientos de Susana Méndez Gago

La crisis ha abierto la compuerta de los malos sentimientos. Salen con fuerza sin que se les pueda poner nombre. La angustia por la incertidumbre laboral se apodera de nosotros. La frustración por la pérdida de prestaciones nos provoca agresividad. Nos sentimos culpables por nuestro derroche anterior y nos avergüenza no haber tenido límites en el consumo. Envidiamos a quienes la crisis no les afecta y no sabemos qué hacer con el aburrimiento que aparece al dejar el hábito de consumir por consumir. Nuestra realización personal pasa a un segundo plano, la conveniencia de la convivencia crece en proporción a las nuevas estrecheces económicas y no nos podemos separar de quien no amamos.



La psicóloga Susana Méndez Gago pone en tela de juicio en este persuasivo ensayo la “cultura de la felicidad”, la cultura que se ha promovido durante las últimas décadas.


Analiza, con sencillez pero sin miramientos, cómo se ha despojado al diccionario de todos aquellos sentimientos que ponen en entredicho el Estado del Bienestar y que ahora, en medio de esta crisis global, dejan al descubierto las carencias de los ciudadanos para gestionar los llamados “malos sentimientos”


La crisis no sólo ha dinamitado nuestra economía. También nos ha introducido de lleno en un sinfín de emociones que habíamos desterrado.


Son los malos sentimientos, los omitidos en la era del bienestar y que ahora, con su presencia, aumentan la desorientación de nuestra sociedad.


Este libro está dedicado a reflexionar sobre ellos, a exponerlos desnudos sin temor. Asistiremos al conocimiento de su bondad, de su funcionalidad para la vida y desvelaremos lo positivo de conocerlos.

"Hablar solos" de Andrés Neuman

La nueva novela de Neuman despliega tres voces solitarias que, sin saberlo, van componiendo un emocionante diálogo. La narración nos presenta tres aventuras paralelas. La aventura de padre e hijo, Mario y Lito, quienes emprenden un decisivo viaje a través de una geografía que parece localizada en la imaginaria frontera entre España y Latinoamérica. El camino final de Mario, que repasa con urgencia su vida mientras espera la muerte. Y la aventura de Elena, esposa y madre, que se embarca en una experiencia límite, tanto sexual como literaria, en un desesperado intento por mantenerse a flote. Sus voces constituyen una exploración en las tres formas del habla: la mental, la oral y la escrita. El divertido monólogo interior de Lito. La vibrante despedida que graba Mario. Y el brutal diario de Elena. La novela se articula por medio de los cruces y contrastes entre estas tres voces, siempre solas y a la vez acompañadas. Quizá como nosotros. 

Lito acaba de cumplir diez años y se siente infinitamente mayor que cuando tenía nueve. Está entusiasmado porque ha conseguido al fin lo que deseaba: viajar con su padre en el camión del tío Juanjo, transportista. Semejante viaje supone para él toda una aventura. Así nos lo cuenta desde el asombro de su tierna y lúdica mirada, que se amplía y bifurca como las carreteras que recorre con su padre. Mientras van sucediéndose los kilómetros, los paisajes y los hostales de carretera, la relación con su padre se estrecha y queda marcada para siempre. Mario tiene una entrega que realizar y Lito lo acompaña, expectante. 



Mario sabe que le queda poca vida y ansía recuperar el tiempo perdido. Por eso siente la necesidad de regalar un viaje a su hijo Lito, con la intención de dejarle un recuerdo inolvidable. Tras las múltiples peripecias del viaje, ya desde la cama de un hospital, grabará todo lo que se le pase por la mente: anécdotas íntimas, recuerdos familiares, pensamientos sobre la vida, la muerte, la enfermedad y el tiempo, revelándole a Lito algunos secretos sobre aquella aventura que vivieron juntos. Una carta oral. Una conmovedora despedida para que algún día su hijo pueda escucharla. 



Elena, personaje central de la novela, se queda mientras tanto esperándolos en la ciudad. Angustiada por lo que pueda ocurrirles durante el viaje, se ve envuelta en una impactante y compleja relación sexual con el amante más insospechado. Entonces hace un descubrimiento que la avergüenza: el dolor físico, la agresión de la carne, es lo único que la hace sentirse viva. Elena escribe un diario donde narra con crudeza sus vivencias y lidia con la culpa. Lectora compulsiva, introduce anotaciones personales en cada libro, sumergiéndose en las idas y vueltas que comunican la ficción con la realidad. A partir de estas lecturas, Elena irá improvisando una pequeña antología sobre las relaciones entre literatura y enfermedad. Cuando Mario y Lito regresan a casa, Elena vuelve a su rol de madre, esposa y fiel cuidadora. Las confesiones de su diario, sin embargo, nos revelan el lado oscuro de madres, esposas y cuidadores. Elena muestra cómo la realidad del cuidador, figura tan importante como a menudo omitida, no se limita a la entrega o al sacrificio, sino que incluye también un entramado de miedos, deudas pendientes, fantasías perversas. De esas contradicciones hablamos poco. Y de eso nos habla, salvajemente, Elena. 



A la hora de contar la pérdida de un ser querido, nuestra atención se suele concentrar en el enfermo. Pero, ¿qué pasa con quien lo asiste? ¿Quién narra su historia? En suma: ¿cómo vivimos la pérdida y sobrevivimos a ella? Alternando ágilmente los puntos de vista de Lito, Mario y Elena, Hablar solos reformula la tradición de la road movie. La novela se inicia con el clásico relato de iniciación masculina, para pronto adentrarse en la aventura personal, y no menos arriesgada, de la mujer que ha quedado excluida del viaje. Como si, en vez de esperar a Ulises, Penélope saliera a la intemperie. Vida y muerte. Placer y dolor. Eros y Tánatos. Nunca estuvieron más cerca. 




Andrés Neuman, ganador del Premio Alfaguara de Novela 2009 y del Premio de la Crítica 2010 por El viajero del siglo, nació en 1977 en Buenos Aires. Hijo de músicos argentinos emigrados, vive en Granada desde los 14 años y posee la doble nacionalidad hispano-argentina. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, donde trabajó como profesor de Literatura Hispanoamericana. Mediante una votación convocada por el Hay Festival, fue incluido en la lista Bogotá-39 entre los más destacados jóvenes autores nacidos en Latinoamérica. Más tarde fue seleccionado por la prestigiosa revista británica Granta como uno de Los 22 mejores narradores jóvenes en español.



A los 22 años publicó su primera novela, Bariloche (Anagrama, 1999, reeditada en bolsillo en 2008), Finalista del Premio Herralde y elegida entre las mejores del año por El Cultural del diario El Mundo. Sus siguientes novelas fueron La vida en las ventanas (Espasa, 2002) y Una vez Argentina (Anagrama, 2003). Con El viajero del siglo (Alfaguara 2009), traducida a once idiomas, Neuman consiguió las mejores críticas a nivel internacional. La novela obtuvo el Premio Alfaguara, el Premio de la Crítica y el Premio Tormenta, además de ser elegida entre los libros del año por los críticos de El País, El Mundo y los diarios holandeses NRC y De Volkskrant. Sus reflexiones a propósito del viaje de promoción por toda Latinoamérica se recogen en su libro de crónicas relámpago, Cómo viajar sin ver. Latinoamérica en tránsito (Alfaguara, 2010).



Ha publicado asimismo los libros de cuentos El que espera (Anagrama, 2000), Alumbramiento (Páginas de Espuma, 2006), El último minuto (reeditado por Páginas de Espuma, 2007) y Hacerse el muerto (Páginas de Espuma, 2011); el libro de aforismos El equilibrista (Acantilado, 2005); y, entre otros, los poemarios El jugador de billar (Pre-Textos, 2000), El tobogán (Premio Hiperión de Poesía 2002), La canción del antílope (Pre-Textos, 2003) o Mística abajo (Acantilado, 2008). El volumen Década. Poesía 1997-2007 (Acantilado, 2008, reeditado en bolsillo en 2012) recopila sus libros de poemas. 



Escribe regularmente en su blog Microrréplicas, considerado como uno de los mejores blogs literarios en español, según una encuesta realizada por El Cultural de El Mundo

La esfinge de Darwin de Daniel Rojas




La Criptozoología es la ciencia que versa sobre la búsqueda de supuestos animales considerados extintos o desconocidos para la ciencia, pero presentes en la historia, la mitología y el folclore, y es sobre esta disciplina de lo que trata el nuevo libro que acaba de publicar la editorial Guadalmazán, sello del grupo Almuzara, titulado La esfinge de Darwin y otras historias asombrosas de la criptozoología, obra del investigador Daniel Rojas.


A través de varios capítulos su autor nos introduce en un fascinante viaje por los misterios del reino animal en el que encontraremos criaturas tan mitológicas como el Yeti, Bigfoot, los dragones, las sirenas, el calamar gigante, los enigmáticos centauros, el mismísimo monstruo del Lago Ness o el chupacabras, que para algunos ufólogos no es más que una extraña mascota abandonada u olvidada por extraterrestres.

Asimismo, Rojas narra casos asombrosos como de la mariposa con una lengua de 30 centímetros predicha por Darwin en base a la descripción de una singular orquídea, el de la única ballena jorobada completamente blanca conocida en el mundo, el de la serpiente de más de doce metros, o el de una criatura muy especial como el Bunyip, un animal procedente de Australia, dotado de un pico de avestruz y un cuello muy largo, que dejaba paralizados de terror a los aborígenes. 

Desde que el zoólogo Bernard Heuvelmans, pa­dre de la Criptozoología, creara esta disciplina en la segunda mitad del pasado siglo, científicos de la talla de Jane Goodall o Carl Sagan se han pronunciado sobre la posibilidad de que los críptidos, como se denominan tales criaturas, pudieran ser algo más que simples seres legendarios, y es con este espíritu con el que Rojas recoge el testigo de estos insignes investigadores para hacer un interesante viaje por lugares fascinantes a través de altas cumbres, frondosas selvas, extensos desiertos y lugares inhóspitos, para mostrarnos toda clase de bestias aún ignotas para la ciencia que pueden o no haber existido a lo largo de la historia, pero que sin duda tienen una razón de ser. 

Daniel Rojas (1983, Tarifa, Cádiz) ha desarrollado desde muy joven una enorme fascinación por el mundo natural, lo que le ha llevado a estudiarlo de manera casi compulsiva. Investigador experto en acuicultura, lector voraz y amante de la fotografía, se ha visto atraído de igual manera por los numerosos misterios que alberga el reino animal, en especial por todo aquello que aún está por descubrir. A esta obra La esfinge de Darwin y otras historias asombrosas de la Criptozoología, la precedió Criptozoología: El Enigma de las Criaturas Insólitas, publicada en 2010 con notable éxito de crítica.