“Mientras los murciélagos duermen” es un conmovedor alegato a favor de los sueños, con el mundo del circo como telón de fondo. Pero también una denuncia social: la que ha delegado al olvido a un gran número de artistas, esa generación que hoy tiene más de 80 años, y se han pasado 60 de ellos emocionándonos a nosotros.
Emilio Aragón Bermúdez, conocido desde mi niñez como “Miliki” uno de los payasos de largas camisetas tan rojas como su nariz que me preguntaba a diario… “¿Cómo están ustedes???????”…. nos sorprende con una novela tierna, emocionante, genial y divertida que no dejará indiferente al lector.
Con una narración ágil y amena, trufada de diálogos chispeantes, tiernos y divertidos, que hacen aflorar los sentimientos y son capaces de arrancar la sonrisa, el autor nos transporta al mundo mágico del circo que él tan bien conoce. Cada capítulo es un más difícil todavía, un salto mortal que se suma al anterior, que se resuelve con la limpieza y la blancura de un magnífico dominio del lenguaje destacando, sobre todo, el argot circense. U lenguaje que descubre al lector los terribles escenarios de una guerra: las ciudades, las calles, los edificios, las almas de los protagonistas, … Y todo gracias a unas precisas descripciones que se recrean en el detalle reflejando cómo era y en qué estado se encontraba la Europa de los últimos años de la II Guerra Mundial.
Su joven protagonista, Juan Carlos Borrachina, considerado el mejor trapecista del mundo, nos sumergirá en un viaje lleno de aventuras, con diecisiete viejos artistas, con el objetivo de llegar a España, con el objetivo de huir de los nazis.
Berlín. Febrero 1945. La ciudad muestra los horrores de la guerra al desnudo, los hábitos íntimos de los ciudadanos cuyas almas vagan entre los helados escombros de las ruinas. Por las calles, Juan Carlos camina rápido. Quiere llegar cuanto antes a la Casa del Artista, residencia donde se acoge a artistas retirados, para despedirse de sus entrañables amigos y compañeros Aetos y Moses, más conocidos como los “Orakis Brother”. Juan Carlos, quiere regresar a España, su país, del que tuvo que marcharse después de ver morir a su amigo Jaime Vives, el Nanu.
Ninguno de ellos espera la marcha de Juan Carlos, e intentan convencerle de la temeridad que supone dejar Berlín, cuando comienza el primer bombardeo del día con fatales consecuencias. La Casa del Artista queda completamente derruida. Apenas sobreviven 20 personas, todas ellas mayores que comparten un pasado glorioso frente al público. Aturdidos buscan refugio en el autobús que los sacaba de paseo. Es entonces cuando Juan Carlos decide irse de Berlín, pero no solo, así que opone en marcha el viaje de esta singular embajada artística y su espectáculo titulado Curiosidades y amenidades del Universo.
Este es el arranque de una novela entrañable e inquietante, en la que Emilio Aragón descubre con un texto ágil, vivo y de ritmo frenético como es la condición humana en tiempos de guerra, en momentos de dificultad. La amista, la solidaridad, el compañerismo y el compromiso son elementos que mueven a este grupo de veteranos artistas circenses en su huída de los horrores del conflicto bélico y del acoso de la Gestapo a través de una Europa descosida por las bombas.
Sin embargo, todos ellos desconocen la existencia de un sobre marrón, custodiado por un matrimonio en la Casa del Artista por orden del mismísimo Hitler en el que se guarda “…el futuro del nacionalismo, la inmortalidad de unos ideales por los que se estaba sacrificando un pueblo, una raza … indica el lugar exacto donde se esconde el tesoro, los lingotes de oro y la suficiente cantidad de diamantes como para destruir algunas de las potentes economías del mundo…” Cuando la notica del bombardeo de la Casa del Artista llega al búnker de Hitler, éste pone tras su búsqueda a sus mejores agentes de la Gestapo.
Muchas son las paradas de esta peculiar troupe, en ellas se suceden las aventuras y peripecias, situaciones difíciles y dramáticas en las que la imaginación y las escenas cómicas de los protagonistas sirven para resolver los problemas que se van presentando. La bis cómica del autor y el conocimiento del mundo del circo, crea personajes y situaciones mágicas como el hecho de encontrarnos con un perro que habla, un aria de Verdi sirve para superar un control militar, o un ventrílocuo despide un duelo poniéndole voz al difunto….
Los veteranos artistas forman una peculiar familia, unida y compacta como pocas, que se mueve por la ilusión de volver a ser importantes. Tienen que superar el hambre, el frío, el sueño y cansancio… pero todo ello lo afrontan con la ilusión de volver a la profesión. Tienen poca comida, pero su alimento espiritual son sus piruetas, sus trucos, la luz de los focos, el aplauso del público y la magia del circo.
Pero en este ir y venir del órgano móvil circense, se le van añadiendo indeseados compañeros de viaje, que no son sino agentes de la Gestapo cuyo único fin es conseguir el sobre marrón. La novela da un nuevo giro y el suspense invade el relato y el lector se adentra en una serie de acontecimientos dramáticos.
Una vez descubierto el contenido del sobre marrón, y comprobar que contenía las pautas para reconstruir el nazismo con el paso de los tiempos tras la derrota que se avecinaba, los gemelos y Juan Carlos acaban por quemar esos documentos y sustituirlos por recortes de periódicos…aunque la magia tendrá la última palabra.
El último paso tras la representación en Toulousse es llegar a España, pero pasar los Pirineos no es fácil. Nuevos protagonistas aparecen en escena: los maquis, la Guardia Civil, y nuevamente un oficial alemán.
El final feliz de la llegada a España se ve ensombrecido por un tiroteo sangriento, que en un más difícil todavía, servirá para cerrar un círculo que empezó en una playa de Valencia.
¿Por qué los murciélagos? Porque éstos eran los aviones cargados de muerte con forma de bombas y obuses que machacaban Europa…