A través de este libro, el entonces secretario y confesor de la reina Isabel la Católica, fray Hernando de Talavera, realizó en 1480 un último intento para evitar la instauración definitiva de la Inquisición española en el reino de Castilla.
Este volumen es un clásico oculto de la literatura española y un auténtico "libro fantasma" inexplicablemente postergado, como su autor, a pesar de la importancia histórica que llegó a alcanzar Talavera en la España preinquisitorial.
La edición se acompaña de los dos estudios fundamentales que dedicó a esta obra el profesor Francisco Márquez Villanueva, y la presentación y puesta al día de la investigadora Stefania Pastore.
"Católica impugnación", obra del jerónimo fray Hernando de Talavera (1.428-1.507), es el nuevo título que ha publicado la editorial Almuzara en su colección de Historia, y en su sección dedicada a la Inquisición española. Según su editor, David González Romero, esta obra debe ser considerada como “un documento central y contemporáneo de la última batalla política y teológica librada ante la instauración definitiva de la Inquisición española, al mismo tiempo que un documento inestimable acerca de los diversos y complejos aspectos que rodean el mundo particular y la problemática del judeoconverso”.
Este volumen es un clásico oculto de la literatura española y responde al último intento que hizo fray Hernando de Talavera, consejero y confesor de la reina Isabel la Católica y primer arzobispo del reino de Granada, para evitar la instauración definitiva de la Inquisición española en el reino de Castilla.
El escrito, seguramente realizado entre 1480 y 1481, cuya edición fuente data de 1487, es realmente una respuesta refutadora a un “libelo” anónimo y abiertamente “judaizante” que se promulgó en Sevilla en 1480. El panfleto, que sólo conocemos por las referencias que nos da el propio Talavera en este libro, parece ser una descarada defensa de la ritualidad hebrea y la superioridad de la vieja ley, y delataba la práctica abierta del criptojudaísmo en la comunidad judeo-conversa sevillana, argumento central de los sectores partidarios de la Inquisición. En un difícil equilibrio, como dice Márquez Villanueva, Talavera tendrá que rebatir al libelista al mismo tiempo que seguir defendiendo la política suave de conversión y a la minoría judeoconversa, realmente amenazada ya por un proyecto de represión atroz, la Inquisición.
A la obra de Fray Hernando de Talavera le acompañan dos estudios fundamentales que dedicó a este libro Francisco Márquez Villanueva, reputado intelectual y crítico literario, profesor de investigación de Harvard desde 1959 y actualmente catedrático emérito de esta prestigiosa universidad, y una magistral presentación de la investigadora italiana Stefania Pastore, autora de la aclamada monografía Una herejía española (2010). Según González Romero, los estudios de Márquez Villanueva sobre este libro suponen un auténtico corte epistemológico a la hora de acercarnos a temas tan complejos como el de los orígenes de la Inquisición y el complejo asunto de los conversos.
Según Stefania Pastore, “es posible que el desconocido autor del panfleto que rebate Talavera estuviera lanzando una descarada respuesta a los primeros rigores inquisitoriales que se producen en Sevilla”, ya que el entonces poderoso consejero y confesor de la reina, relata que “su impugnación estuvo motivada por el conocimiento directo de la reina Isabel del panfleto sevillano y el escándalo que motivó en la corte de Castilla, entonces instalada en Sevilla.”
Católica impugnación atacará duramente la irresponsabilidad del autor del libelo, poco consciente al parecer de la lucha de poder entre los que abogaban por el evangelismo y la tolerancia, identificados con la élite conversa de la corte isabelina, y los sectores que pedían abiertamente una política de medidas represoras contundentes como la Inquisición, ya activa pero no generalizada en el reino.
Según Francisco Márquez Villanueva, Talavera “que no ahorra las más extremadas condenas ante la actitud de los grupos judaizantes, tampoco deja de repetir una y otra vez la defensa de los conversos que permanecen leales a la fe cristiana”. A juicio del eminente profesor de Harvard el jerónimo ha de escribir su “impugnación”, desde “una esencial conciencia de riesgo bajo el doble propósito de rebatir al libelista, a la vez que de cerrar el paso a una represión indiscriminada contra los conversos y a un establecimiento permanente de la misma”.
Fray Hernando de Talavera (1428-1507) es un personaje central del siglo XV español, especialmente por sus altas misiones junto a la reina Isabel de Castilla. Monje jerónimo, de origen converso, fue prior de Prado, obispo de Ávila, confesor y consejero de Isabel la Católica y primer arzobispo de Granada, cargo con el que asumió la organización del reino de Granada tras la conquista de 1492. Nació en Oropesa (Toledo), probablemente en el seno de la familia Álvarez de Toledo.
Encabezó con el cardenal Mendoza una política de conversión suave para judíos y musulmanes, evitando amenazas y coerciones y plantando una dura oposición a la creación de la Santa Inquisición y a sus abusos posteriores. Como arzobispo de Granada impidió temporalmente que la Inquisición se estableciera en el nuevo reino, aunque su acción catequizadora y de suavidad con los conversos no logró vencer la tendencia al endurecimiento de la política religiosa castellana. En 1505, tras perder a su máxima valedora, la reina Isabel, y enfrentado a la política del rey Fernando, es procesado de forma mezquina por la Inquisición. En su lecho de muerte, ocurrida en 1507, le llegará la absolución papal, sin embargo su memoria quedará totalmente condicionada por la represión ideológica y la censura que establecerá la Inquisición, sometiendo buena parte de su obra a los índices de libros prohibidos.
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